¿Qué es la fotografía gastronómica y por qué importa?

La fotografía gastronómica, también conocida como food photography, es una disciplina dentro de la fotografía comercial que se dedica a capturar alimentos de forma visualmente atractiva. Pero va mucho más allá de tomar una foto a un plato servido. Se trata de transmitir sensaciones, sabor, textura, frescura, calidez… todo eso con una sola imagen. Es una mezcla deliciosa entre técnica fotográfica, arte, estilismo y comunicación visual.

Hoy en día, vivimos en una era donde “comemos por los ojos”, sobre todo en plataformas como Instagram, TikTok o menús digitales de restaurantes. Un buen plato puede saber increíble, pero si no se ve apetecible, tiene menos oportunidades de destacar en un mundo saturado de imágenes. La fotografía gastronómica es esencial para chefs, restaurantes, marcas de alimentos, revistas culinarias y creadores de contenido.

Una buena foto puede vender un plato, elevar una marca o hacer que alguien cruce la ciudad solo para probar lo que vio en Instagram.

El rol del fotógrafo en la creación del plato: más que solo disparar

En nuestro caso, nos encanta hacer fotografía gastronómica porque nosotros armamos el plato frente a la cámara, con la colaboración cercana del chef. Esta sinergia es fundamental para lograr resultados auténticos y de alto impacto visual.

Nos involucramos en la disposición de los ingredientes, el balance de color y textura, y en cómo se percibe la composición general del plato. No es raro vernos sosteniendo unas pinzas para ajustar una hoja de albahaca o posicionar cuidadosamente una gota de salsa.La fotografía de comida es una tarea en equipo. Y como fotógrafos, somos una parte activa del proceso creativo culinario. No solo buscamos capturar la comida, sino contar suhistoria visualmente, desde el origen de los ingredientes hasta la inspiración del plato.

Food styling: El arte de hacer que la comida se vea irresistible

Aquí es donde entra el famoso food styling, un término clave en este mundillo. El estilismo de alimentos no solo mejora la presentación del plato, sino que lo hace irresistible para la cámara.

En nuestras sesiones, tenemos equipo de food styling que son una gran herramienta para las composiciones de los platos. Estos estilistas saben exactamente qué hacer para que un filete luzca jugoso, que un postre tenga volumen o que una ensalada no se vea triste a los cinco minutos.

El food styling requiere conocimientos de cocina, diseño y fotografía. Se utilizan técnicas como:

  • Pintar carnes con aceites para simular jugosidad
  • Usar palillos ocultos para dar estructura a hamburguesas
  • Rociar glicerina en frutas para simular rocío
  • Congelar helados falsos que no se derriten bajo focos calientes

No se trata de engañar, sino de adaptar la comida al lenguaje visual de la cámara, logrando imágenes que impactan y despiertan apetito.

Composición y encuadre: Cómo construir la imagen perfecta

El ojo del fotógrafo gastronómico está entrenado para ver mucho más allá de lo que hay en el plato. La composición es clave. Es donde se define cómo se organiza cada elemento dentro del encuadre para guiar la mirada del espectador.

Reglas como la regla de los tercios, el uso de líneas guía, la repetición, el contraste de colores y la simetría están presentes en cada toma. Pero también hay espacio para romper las reglas, cuando se hace con intención.

Por ejemplo, ¿quieres destacar la textura de una crema o el crocante de una costra? Entonces un plano cenital podría no ser ideal; quizás un ángulo de 45° lo diga todo.

Además, la elección del fondo, los props (platos, cubiertos, manteles, etc.) y la historia detrás de la toma forman parte esencial del proceso de composición.

Crear una buena composición gastronómica no es improvisar. Es planificar, probar y ajustar hasta encontrar el punto perfecto donde cada ingrediente aporte a la narrativa visual.

Iluminación en fotografía de alimentos: trucos y recomendaciones

La iluminación lo es todo en fotografía gastronómica, puede hacer que un plato se vea fresco y apetecible o plano y sin vida. Controlar la dirección, la intensidad y la calidad de la luz es vital. Algunas recomendaciones clave:

  • Luz lateral suave: ideal para resaltar texturas sin generar sombras duras.
  • Luz trasera: funciona muy bien para bebidas, líquidos o platos con vapor.
  • Difusores y reflectores: esenciales para moldear la luz y evitar brillos indeseados.
  • Evitar luces cenitales directas: suelen aplanar la imagen y quitar volumen.

En nuestro caso, siempre nos gusta tener a la mano el Ipad como pantalla secundaria para observar cómo se está viendo toda la composición, lo que nos permite ajustar la iluminación en tiempo real y asegurarnos de que cada toma transmite justo lo que queremos.

Equipamiento esencial: cámaras, lentes y pantallas

No necesitas el equipo más caro del mercado para empezar en fotografía gastronómica, pero sí es importante contar con herramientas adecuadas. Aquí un resumen del equipo clave:

  • Cámara DSLR o mirrorless: con control manual total.
  • Lentes macro o de focal fija (50mm, 85mm): ideales para capturar detalles y desenfoques bonitos.
  • Trípode resistente: para mantener estabilidad y precisión.
  • Pantalla externa o laptop conectada: como mencionamos, ver en grande ayuda a ajustar mejor la composición y la luz.
  • Luces LED regulables o flashes con difusores: si trabajas en interiores sin buena luz natural.
  • Fondos y superficies variadas: madera, mármol, telas, etc., para dar versatilidad a tus sesiones.

Lo más importante es conocer tu equipo al detalle y aprender a sacarle el máximo partido, sea cual sea tu nivel de inversión.

Trabajo en equipo: chef y fotógrafo 

La magia sucede cuando todos los elementos trabajan en armonía. En una sesión de fotografía gastronómica profesional, suele haber al menos tres roles fundamentales:

  1. Chef: creador del plato, conoce cada ingrediente y su intención.
  2. Fotógrafo/a: traduce esa intención en una imagen poderosa y construye visualmente la escena para potenciarla.

En nuestro flujo de trabajo, esto funciona como un engranaje afinado. Armamos el plato frente a la cámara con la ayuda del chef, ajustamos con precisión los elementos del food styling y usamos una pantalla para ir verificando cada detalle.

No es raro que durante una sesión se cambien ingredientes, se rehaga un plato o se ajusten 10 veces los props. Pero el resultado lo vale. imágenes auténticas, vivas y deliciosas.

Consejos prácticos para sesiones exitosas de fotografía gastronómica

Basado en la experiencia, aquí van algunos tips que pueden ayudarte:

  • Prepara todo antes del plato: fondo, luz, props. El tiempo es oro.
  • Piensa en colores complementarios: no todos los platos lucen bien sobre blanco.
  • Trabaja con alimentos reales y frescos: nada envejece peor que una lechuga triste.
  • Ten pinzas y brochas a mano: para pequeños ajustes de precisión.
  • Usa tethering (disparo conectado a pantalla): cambia por completo tu flujo de trabajo.
  • Ten paciencia y flexibilidad: cada plato es un mundo.

Una sesión gastronómica bien ejecutada puede llevar horas, pero los resultados duran mucho más si logras impactar visualmente al público.

Errores comunes y cómo evitarlos en food photography

Incluso los más experimentados tropiezan con errores que arruinan una toma. Estos son algunos de los más comunes:

  • Sobresaturar colores en edición: el plato termina luciendo falso.
  • No planear la historia de la toma: fotos bonitas pero sin alma.
  • Usar iluminación frontal directa: aplanamiento total de texturas.
  • Cargar demasiado la scena: distraen del plato principal.
  • No revisar el encuadre en pantalla grande: se te escapan detalles críticos.

La mejor forma de evitarlos es tener un workflow claro y colaborativo, como el que nosotros aplicamos, pantalla conectada, decisiones compartidas y foco absoluto en el objetivo de cada foto.

Conclusión: La magia de capturar el sabor en una imagen

La fotografía gastronómica no es solo técnica, es una experiencia sensorial y emocional. Es transformar un plato en una historia visual que despierte antojos, memorias y emociones.

Y es justo eso lo que nos apasiona. Porque nos encanta armar el plato frente a la cámara, construir composiciones con nuestro equipo de food styling, observar cada detalle en pantalla y buscar esa imagen perfecta que le haga justicia a lo que el chef ha creado con tanto amor.

Así que, si estás comenzando en este mundo, ya sea por pasión o profesión, recuerda esto: Se trata de contar una historia que se vea, se sienta… y casi se pueda saborear con los ojos.

Preguntas frecuentes:

¿Qué debo preparar antes de una sesión de fotos de comida?

Es importante tener una lista con anterioridad  de todos los platos que se van a fotografiar, ingredientes frescos, utensilios limpios y espacio suficiente para montar la escena. También recomendamos definir el estilo visual que buscas para que todo fluya mejor.

¿En cuánto tiempo se entregan las fotos después de la sesión?

 Normalmente entregamos las fotos editadas entre 10- 15 días hábiles, dependiendo del volumen y el tipo de trabajo. Si necesitas entrega exprés, lo podemos hablar antes de la sesión.

¿Cómo ayuda la fotografía gastronómica a aumentar las ventas de un restaurante?

 Una imagen bien hecha despierta apetito, genera confianza y atrae más clientes. En redes sociales y cartas digitales, una buena fotografía puede convertir un plato en un imán visual que impulsa la decisión de compra.

¿Qué formato tienen las imágenes entregadas? ¿Sirven para impresión y redes?

Entregamos las fotos en alta resolución para impresión y versiones optimizadas para web y redes sociales. Así puedes usarlas tanto en tu carta como en Instagram o tu sitio web sin perder calidad.

¿Cuánto dura una sesión de fotografía gastronómica?

Depende de la cantidad de platos, pero una sesión media suele durar entre 2 y 4 horas. Si se trabaja con food styling, puede llevar un poco más para lograr la toma perfecta.

¿Cómo saber si un fotógrafo gastronómico es el adecuado para mi negocio?

Fíjate en su portafolio, si entiende la identidad de tu marca y si tiene experiencia con el tipo de comida que ofreces. Lo ideal es que te transmita confianza y sepa guiarte durante todo el proceso.